Human Life International
Las leyes que autorizan y favorecen el aborto y la eutanasia se oponen radicalmente no sólo al bien del individuo, sino también al bien común y, por consiguiente, están privadas totalmente de auténtica validez jurídica. En efecto, la negación del derecho a la vida, precisamente porque lleva a eliminar a la persona en cuyo servicio tiene la sociedad su razón de existir, es lo que se contrapone más directa e irreparablemente a la posibilidad de realizar el bien común. De esto se sigue que, cuando una ley civil legitima el aborto o la eutanasia deja de ser, por ello mismo, una verdadera ley civil moralmente vinculante ─ Papa San Juan Pablo II, Evangelium Vitae, No. 72.
Es un hecho cierto, pero subestimado, que los animales casi nunca mueren de vejez. Mucho antes de que la vejez acabe con ellos, los animales debilitados sucumben a enfermedades, depredadores o inanición. Digo que este hecho es subestimado, porque apunta a una de las cosas más notables de los seres humanos: es decir, que nos cuidamos unos a otros, incluidos, o, mejor dicho, especialmente, a los más débiles entre nosotros. Por ejemplo, en lugar de abandonar a nuestra abuela cuando ya no puede trabajar, sacrificamos nuestro tiempo y recursos para asegurarnos de cuidarla mientras viva y termine su vida de manera natural rodeada de amor.