La apertura a la vida está en el centro del verdadero desarrollo. - Papa Benedicto XVI, Encíclica Caritas in Veritate, no. 28 [1].
En abril de este año, el presidente Trump suspendió temporalmente los fondos que EEUU otorga a la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido a preocupaciones de que había manejado muy mal la crisis del COVID-19. Desde entonces, Trump ha amenazado con tomar la decisión de retener esos fondos de manera permanente.
Para la OMS, la pérdida de fondos de EEUU no es poca cosa: las contribuciones de este país de aproximadamente de $400 a $500 millones anuales a la OMS representan aproximadamente el 14% del presupuesto operativo de esa agencia de la ONU.
Sin embargo, para los estadounidenses provida, y de hecho, para las personas provida a nivel mundial, la decisión del gobierno de Trump fue bienvenida por una razón completamente distinta del manejo de la pandemia por parte de este organismo. La OMS ha sido durante mucho tiempo una de las organizaciones más proabortistas del planeta, utilizando la naturaleza aparentemente humanitaria de su misión para encubrir su promoción de la matanza de bebés no nacidos en todo el mundo.
El gobierno de Trump se opone a la manipulación del COVID-19 para promover el aborto
Afortunadamente, el gobierno de Trump ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para salirle al paso a esta agenda contra la vida.
En una carta fechada el 18 de mayo de 2020, John Barsa, administrador interino de la agencia de EEUU para el desarrollo internacional (USAID, por sus siglas en inglés) criticó el borrador de un documento de la ONU titulado “Plan de Respuesta Humanitaria Global” (Global HRP, por sus siglas en inglés). Se supone que este plan global sea la respuesta formal de la ONU a la pandemia del coronavirus. Sin embargo, en lugar de enfocarse en la pandemia, el plan incluyó un lenguaje problemático y divisivo que promueve el aborto [2].
En su carta, Barsa instó a la ONU a no utilizar la pandemia “como una oportunidad para avanzar el acceso al aborto como un servicio esencial”. “Desafortunadamente”, continuó Barsa, “el Global HRP hace exactamente eso, al colocar cínicamente la disposición de ‘servicios de salud sexual y reproductiva’ en el mismo nivel de importancia que la inseguridad alimentaria, la atención médica esencial, la desnutrición, el alojamiento y el saneamiento. Lo más notorio es que el Global HRP exige la distribución a gran escala de fármacos y suministros para el aborto, y la promoción del aborto en los países”.
Barsa dejó en claro al Secretario General de la ONU, António Guterres, que EEUU, según el discurso del presidente Trump ante la ONU, “nunca se cansará de defender la vida inocente”. “De hecho, la ONU no debe intimidar o coaccionar a los estados miembros, comprometidos con el derecho a la vida”, continuó. “Usar la pandemia del COVID-19 como justificación para presionar a los gobiernos para que cambien sus leyes es una afrenta a la autonomía que cada país tiene en cuanto a determinar sus propias políticas nacionales sobre la atención médica. EEUU apoya a las naciones que se han comprometido con proteger a los no nacidos”.
Amén. Nunca me cansaré de ver el liderazgo de nuestro país dando un paso adelante y defendiendo audazmente la dignidad y el derecho a la vida del recién nacido en el escenario mundial.
La semana pasada, el gobierno de Trump también rechazó otro intento de insertar un lenguaje proaborto en un documento de la ONU. En una declaración titulada “EEUU: Misión en las Naciones Unidas”, el gobierno expresó que no firmaría la resolución propuesta para el Segmento de Asuntos Humanitarios ECOSOC 2020 de la ONU, específicamente debido a la inclusión del término “servicios de atención a la salud sexual y reproductiva” [3]. Muchos burócratas de la ONU entienden que términos como éste incluyen no solo la anticoncepción, sino también el aborto legal [4].
“EEUU rechaza cualquier interpretación de los derechos humanos internacionales para exigir a cualquier Estado Parte que brinde acceso al aborto”, expresó sin rodeos la declaración.
La OMS promueve el aborto ampliamente
En su Encíclica Caritas in Veritate, el Papa Benedicto XVI expresó su consternación ante el hecho de que hay organizaciones no gubernamentales (ONGs) internacionales que usan su influencia para promover el control de la población, particularmente en las naciones del tercer mundo:
Algunas organizaciones no gubernamentales, además, difunden el aborto, promoviendo a veces en los países pobres la adopción de la práctica de la esterilización, incluso en mujeres a quienes no se pide su consentimiento. Por añadidura, existe la sospecha fundada de que, en ocasiones, las ayudas al desarrollo se condicionan a determinadas políticas sanitarias que implican de hecho la imposición de un fuerte control de la natalidad. Preocupan también tanto las legislaciones que aceptan la eutanasia como las presiones de grupos nacionales e internacionales que reivindican su reconocimiento jurídico [6].
El Santo Padre escribió conmovedoramente sobre los males de los que las ONGs son culpables cuando promueven el aborto en lugar del desarrollo auténtico. “La apertura a la vida está en el centro del verdadero desarrollo”, dijo. Y continuó diciendo:
Cuando una sociedad se encamina hacia la negación y la supresión de la vida, acaba por no encontrar la motivación y la energía necesaria para esforzarse en el servicio del verdadero bien del hombre. Si se pierde la sensibilidad personal y social para acoger una nueva vida, también se marchitan otras formas de acogida provechosas para la vida social. La acogida de la vida forja las energías morales y capacita para la ayuda recíproca. Fomentando la apertura a la vida, los pueblos ricos pueden comprender mejor las necesidades de los que son pobres, evitar el empleo de ingentes recursos económicos e intelectuales para satisfacer deseos egoístas entre los propios ciudadanos y promover, por el contrario, buenas actuaciones en la perspectiva de una producción moralmente sana y solidaria, en el respeto del derecho fundamental de cada pueblo y cada persona a la vida [7].
Desafortunadamente, como lo deja en claro un reciente estudio hecho a profundidad, la OMS, que debería, en virtud de su nombre, promover la salud, es una de las organizaciones líderes que promueve la “supresión de la vida” en lugar de una “apertura a la vida”. En un informe titulado “The World Health Organization’s Abortion Overreach” (“La OMS va demasiado lejos para promover el aborto”, traducción libre), la Dra. Oas pone al descubierto cómo la OMS está presionando para legalizar el aborto en todo el mundo y se esfuerza por hacer que el aborto sea más frecuente mediante la promoción del uso de peligrosos fármacos para provocar el aborto [8], incluso sin supervisión médica [9]. La Dra. Oas también pone al descubierto cómo, en algunos casos, la OMS ha capacitado a médicos en países provida para que cometan abortos y ha promovido la “educación sexual integral”, que incluye propaganda proaborto dirigida a los niños. Además, su informe técnico explica cómo la promoción del aborto por parte de la OMS ha distraído a la organización de abordar las necesidades reales de atención médica de las mujeres y sus bebés.
La Dra. Oas ha seguido la pista a muchas de estas actividades sospechosas del Departamento de Investigación y Salud Sexual y Reproductiva (SSR) de la OMS. Detrás de la SSR hay un grupo de naciones occidentales proaborto y con mucho dinero, así como organizaciones sin fines de lucro adineradas y proabortistas, incluidas las Fundaciones Ford, MacArthur y Packard, y también (como era de esperar) la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF por sus siglas en inglés). Desafortunadamente, en los últimos registros disponibles (del 2016 al 2017), EEUU también figura como donante de la SSR.
Otra influencia descomunal, observa la Dra. Oas, es la de la Fundación Bill y Melinda Gates, el segundo mayor donante de la OMS, solo superado por EEUU. La Dra. Oas señala que la actuación de esta fundación es preocupante, ya que “deriva su influencia de la riqueza de una sola familia, y no está sujeta a las normas que rigen la ONU y sus agencias, como la necesidad de un consenso global”. Si bien la Fundación Gates elabora cuidadosamente sus mensajes de tal manera que éstos se centren en la anticoncepción [que también es gravemente inmoral] en lugar del aborto, también dona enormes sumas de dinero a las principales organizaciones internacionales proaborto, como Marie Stopes International y la propia IPPF. Con sus millones de dólares y su enorme influencia en la OMS, no es sorprendente que la Fundación Gates haya logrado que la OMS promueva cada vez más abiertamente el aborto, a pesar de la oposición a este crimen de muchos Estados miembros de la ONU.
Al final, la imagen que emerge claramente de la evidencia presentada por la Dra. Oas es que la OMS está trabajando diligentemente para dar una apariencia de credibilidad al aborto al llamarlo “atención médica esencial” y luego usar su considerable riqueza y poder para imponer el aborto — en violación flagrante de la ley si es necesario — en países en desarrollo. Lo mismo ocurre con otras agencias de la ONU, incluido su Fondo de Población (UNFPA, por sus siglas en inglés), ONU Mujeres y su Fondo para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés). Con un presupuesto de $50 mil millones al año, la ONU es posiblemente el motor más grande de la “cultura” de la muerte hoy en día. Es por eso que los provida en todas partes pueden celebrar la decisión del gobierno de Trump de suspender los fondos para la OMS y para el UNFPA, agencias que tienen una horrible historia de apoyo al aborto coercitivo y la esterilización.
Sin embargo, como argumenta la Dra. Oas, es hora de ir más allá. Hasta que la ONU y la OMS dejen de entrometerse en los asuntos de las naciones provida y dejen de promover la matanza de seres humanos inocentes con el pretexto de una “atención médica”, nunca más deberían recibir ni un centavo del dinero de los contribuyentes estadounidenses ni los de ningún otro país.
VHI agradece a José Antonio Zunino, del Ecuador, la traducción de este artículo.
Publicado originalmente en https://www.hli.org/2020/06/trump-admin-fights-un-who-efforts-to-use-covid-19-to-spread-abortion/.
Notas:
[1]. Benedicto XVI, Encíclica Caritas in Veritate, 29 de junio de 2009, no. 28. http://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate.html.
[2]. USAID. Acting Administrator John Barsa Letter to UN Secretary General Guterres, 18 de mayo de 2020.
https://www.usaid.gov/news-information/press-releases/may-18-2020-acting-administrator-john-barsa-un-secretary-general-antonio-guterres.
[3]. United States Mission to the United Nations. U.S. Statement on the Proposed Resolution for the 2020 ECOSOC Humanitarian Affairs Segment, 2 de junio de 2020.
https://usun.usmission.gov/u-s-statement-on-the-proposed-resolution-for-the-2020-ecosoc-humanitarian-affairs-segment/.
[4]. Rebecca Oas, Ph.D. “UN Expert Group: ‘Sexual and Reproductive Health Services’ Includes ‘Safe, Legal Abortion’,” Center for Family & Human Rights (C-FAM), 28 de mayo de 2020. https://c-fam.org/friday_fax/un-expert-group-sexual-and-reproductive-health-services-includes-safe-legal-abortion/. El documento de la ONU que cita este artículo de C-FAM es: “United States: Authorities manipulating COVID-19 crisis to restrict access to abortion, say UN experts,” United Nations. Human Rights . Office of the High Commissioner, 27 de mayo de 2020. https://www.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=25907&LangID=E.
[5]. Austin Ruse, “Breaking News: U.S. Blocks UN Agreement over Abortion,” C-FAM, 3 de junio de 2020. https://c-fam.org/friday_fax/breaking-news-u-s-blocks-un-agreement-over-abortion/.
[6]. Caritas in Veritate, Ibid.
[7]. Ibid.
[8]. Rebecca Oas, PhD. The World Health Organization’s Abortion Overreach. International Organizations Research Group. White Paper. Number 13. A Program of the Center for Family & Human Rights (C-FAM). 2020. https://c-fam.org/wp-content/uploads/The-World-Health-Organization%E2%80%99s-Abortion-Overreach2.pdf.
[9]. WHO Consolidated Guideline on Self-Care Interventions for Health Sexual and Reproductive Health and Rights. World Health Organization. 2019.
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/325480/9789241550550-eng.pdf?ua=1. Consultado el 9 de junio de 2020.