Fomentando el verdadero agradecimiento en esta temporada.
Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional
Publicado el 25 de noviembre del 2024
“El secreto de la felicidad es vivir momento a momento y agradecer a Dios todo lo que Él, en su bondad, nos envía día tras día”.
– Santa Gianna Molla.
Es difícil creer que este Día de Acción de Gracias será mi decimocuarto con Vida Humana Internacional. Antes de unirme a Vida Humana Internacional, pensaba que entendía el plan de Dios para mí y servir al movimiento provida global no estaba en mi radar.
Recuerdo cómo empezó todo. Acababa de regresar a mi oficina en la parroquia de Saint Gregory Barbarigo, en Houma, Luisiana; después del almuerzo cuando recibí una llamada telefónica de un amigo y feligrés. Dijo que un abogado del área de Washington, DC se había comunicado con él, queriendo hablar conmigo.
A mi amigo le gustaba hacer bromas, así que mi respuesta inicial fue despedirlo, lo cual hice, diciendo que no conocía a la persona a la que se refería y cortésmente colgué el teléfono. En unos segundos mi amigo me devolvió la llamada, insistiendo nuevamente en que no estaba bromeando y que el abogado era miembro de la Junta Directiva de Human Life International (HLI) (Vida Humana Internacional VHI).
Al ser activo en el movimiento provida, estaba bastante familiarizado con Vida Humana Internacional y su misión global. Había escuchado hablar al fundador de Vida Humana Internacional, el padre Paul Marx, OSB, en varias ocasiones. Esto hizo que fuera aún más difícil aceptar que alguien de la Junta Directiva de HLI me estuviera buscando. ¿Por qué? Pero esa llamada telefónica y la conversación que siguió cambiaron mi vida y la dirección que pensé que Dios tenía reservada para mí.
En unos pocos meses, en un torbellino de actividad, fui entrevistado por la Junta Directiva de Vida Humana Internacional, me ofrecieron el puesto de presidente de Vida Humana Internacional, recibí la bendición y el apoyo del obispo Sam G. Jacobs, el ordinario de la diócesis en ese momento, terminé mi pastoreo y mis deberes diocesanos, empaqué mis pertenencias y me mudé a Front Royal, Virginia, para comenzar un nuevo viaje. Mirando hacia atrás, todavía estoy asombrado y maravillado por la obra de Dios en mi vida.
Confiar en Dios y lecciones aprendidas.
En la cita anterior, Santa Gianna señala que la mejor manera de mostrar gratitud a Dios es vivir en su divina providencia, confiando plenamente en el bien que Dios desea para sus hijos.
Con este acto, expresamos el agradecimiento que le debemos a Dios como hijos suyos y significamos el tipo de actitud de total aceptación que tenemos hacia Él.
Esto significa confiar nuestra vida a Dios, que no desea nada más que nuestra felicidad temporal y eterna. Como dijo Jesús a Santa Faustina Kowalska, “Cuanto más confiada sea un alma, más recibirá” (Diario). Esta actitud de confianza abarca todas las dimensiones de nuestra vida. Se realiza al vivir y cumplir la voluntad de Dios, incluso en las cosas más pequeñas. Al confiarnos completamente a Dios, le dejamos el poder completo para ordenar nuestras vidas y proporcionarnos lo que necesitamos en el momento y de la manera que Él sabe que es mejor.
Como cristianos, entendemos que nada sucede al margen de la voluntad de Dios. También sabemos que nuestra perspectiva es limitada y que no siempre podemos entender completamente cómo obran la providencia y el amor de Dios. En la fe, ponemos nuestra esperanza en Jesús, quien nos aconseja “aprender de la manera en que crecen las flores silvestres” (Mt 6:28), y considerar al gorrión cuando dice: “¿No se venden cinco gorriones por dos moneditas? Y ninguno de ellos está olvidado ante Dios. Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; vosotros valéis más que muchos gorriones” (Lucas 12:6-7).
El invierno demográfico sigue al declive de la familia.
Escrito por P. Shenan J. Boquet - presidente de Vida Humana Internacional
Actualizado en noviembre 18, 2024
"Hay un estrecho vínculo entre la esperanza de un pueblo y la armonía entre las generaciones. La alegría de los hijos hace latir el corazón de los padres y reabre el futuro. Los niños son la alegría de la familia y de la sociedad. No son una cuestión de biología reproductiva, ni una de las muchas formas de realizarse, mucho menos una posesión de sus padres. No. Los niños son un regalo".
-Papa Francisco, Audiencia general del 11 de febrero de 2015
Un informe reciente del Pew Research Center (Centro de Investigación) PEW)encontró que el porcentaje de adultos estadounidenses menores de 50 años que dicen que es muy poco probable que alguna vez tengan hijos, ha aumentado. En comparación con la misma encuesta de 2018, el porcentaje aumentó del 37% al 47% en 2023.
Desde el baby boom (auge de bebés) (1946-1964), los cambios en las normas sociales y otros factores clave (como la normalización de la anticoncepción, el divorcio sin culpa, el retraso del matrimonio, los programas antinatalistas, el feminismo radical, la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo, etc.) han reconfigurado las generaciones recientes de familias estadounidenses, lo que ha dado lugar a una disminución constante de las tasas de natalidad con cada año que pasa, lo que lleva a una tasa total de fertilidad (TTF) actual de 1,6 nacimientos por mujer.
Las tasas de fecundidad miden el número medio de nacidos vivos por mujer. El "nivel de reemplazo" es la tasa a la que el tamaño de la población se mantiene constante de generación en generación, que es de 2,1 nacimientos por mujer. Cuando la TTF es mayor que 2.1, la población aumentará, y cuando es menor que 2.1, la población eventualmente disminuirá.
Como detalla un informe de los Centros de Control de Enfermedades CDC, "la tasa general de fertilidad en los Estados Unidos disminuyó un 3% desde 2022, alcanzando un mínimo histórico", y agregó que "de 2014 a 2020, la tasa disminuyó constantemente en un 2% anual". Sin mostrar signos de cambio, la encuesta del Pew Research Center informó que el 57% de los adultos encuestados dijeron que simplemente no querían tener hijos.
Y en una encuesta en la primavera de 2024, el 47% de los adultos creían que acoger a los niños tendría un impacto negativo en el país.
Estas estadísticas deberían ser motivo de gran preocupación. Al no reemplazar a su población, Estados Unidos está poniendo en peligro su futuro, su propia existencia.
La lucha por la vida es aún más urgente después de las elecciones en EUA.
Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.
Publicado el 11 de noviembre del 2024.
El martes pasado, el presidente Donald J. Trump ganó su candidatura para convertirse en el 47.º presidente de los Estados Unidos, y el Partido Republicano está listo para controlar las dos Cámaras del Congreso.
Este ciclo electoral trajo consigo algunas victorias y trágicas pérdidas para la vida y la familia. Afortunadamente, los habitantes de Florida, Nebraska y Dakota del Sur rechazaron iniciativas electorales que habrían legalizado el asesinato bajo demanda de niños inocentes durante los nueve meses de embarazo. Lamentablemente, las iniciativas para proteger la vida inocente fracasaron en los estados de Arizona, Colorado, Missouri, Montana, Nevada y Nueva York, que consagraron aún más el "derecho a matar".
En este momento histórico, necesitamos urgentemente que los líderes gubernamentales y los políticos sean portavoces poderosos que se opongan firmemente a la agenda antivida y antifamilia que está destruyendo a las personas, las familias y las comunidades. Necesitamos que estos líderes busquen y empleen medios eficaces para proteger el derecho fundamental a la vida de todo ser humano, empezando por deshacer todas las políticas y programas antivida y antifamilia instituidos bajo el régimen de Biden-Harris.
Durante los últimos cuatro años, la administración Biden-Harris ha trabajado incansablemente con los Departamentos de Defensa, Salud y Servicios Humanos, y otras agencias gubernamentales para consagrar el llamado derecho al aborto y promover las ideologías LGBTQ+ y transgénero. Al mismo tiempo, socavaron el matrimonio y la familia como la piedra angular de la sociedad, los derechos de los padres, el derecho de conciencia y la libertad religiosa.
¡Todo esto debe deshacer!
Votando por la opción católica en 2024 en EUA
Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional
Publicado el 4 de noviembre del 2024
“El pueblo está llamado a participar cada vez más en la vida pública de la nación. Esta participación conlleva graves responsabilidades. De ahí la necesidad de que los fieles tengan un conocimiento claro, sólido y preciso de sus deberes en el campo moral y religioso en lo que respecta al ejercicio de los derechos civiles, en particular del derecho de voto.”
― Venerable Papa Pío XII, Discurso a la Acción Católica Italiana.
Mientras emitimos nuestro voto para elegir al 47º presidente de los Estados Unidos y a las personas que ocuparán diversos cargos federales, estatales y locales, es hora de recordarnos una vez más lo mucho que está en juego en estas elecciones y cuáles son nuestros deberes como ciudadanos católicos.
Los resultados de las elecciones del martes afectarán a todos los niveles de nuestra sociedad: desde la legislación hasta los jueces, pasando por el sistema educativo, la política exterior, la atención sanitaria y mucho más. Y aunque nuestro voto es sólo uno entre millones, sigue siendo cierto que el peso acumulado de esos millones de votos determina, de manera crucial, el futuro que tendrá nuestro país. Esto nunca ha sido más cierto que hoy, cuando están en juego graves cuestiones morales y sociales: el estatus del matrimonio, la familia, los derechos de los padres, los derechos de conciencia, la libertad religiosa y el respeto por la vida humana misma.
Matar a los vulnerables, enfermos e indefensos.
Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.
Publicado el 28 de octubre del 2024.
“La llamada eutanasia “compasiva” sostiene que es mejor morir que sufrir y que sería compasivo ayudar a un paciente a morir mediante la eutanasia o el suicidio asistido. En realidad, la compasión humana no consiste en causar la muerte, sino en abrazar al enfermo, en apoyarlo en sus dificultades, en ofrecerle afecto, atención y los medios morales para aliviar el sufrimiento”.
–Samaritanus Bonus.
Los activistas pró-vida llevan mucho tiempo advirtiendo que la consecuencia más previsible de la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido será la eliminación de las barreras de protección que protegen a los miembros más débiles, vulnerables y marginados de la sociedad.
Advertimos que esto conduciría a una letanía de horrores.
Esto es precisamente lo que ocurrió en países como Bélgica y los Países Bajos, que estuvieron entre los primeros en legalizar estas prácticas inhumanas. Sin embargo, ningún país parece estar tan decidido a sondear las profundidades de la depravación introducida por la eutanasia legalizada y el suicidio asistido como Canadá.
La desesperanza y el miedo por acoger a los niños.
Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.
Publicado el 21 de octubre del 2024.
Desde hace décadas, activistas pró-vida como el fundador de Human Life International, el Padre Paul Marx, han advertido que la verdadera amenaza que enfrenta el mundo no es la superpoblación, sino más bien la subpoblación.
Al hacer esta afirmación, esas voces proféticas iban contra la corriente, por decirlo suavemente. Sus opiniones fueron ahogadas por una cacofonía de voces que proclamaban una catástrofe inminente y apocalíptica si las naciones no concentraban sus recursos en reducir la tasa de natalidad.
Los profetas pró-vida vieron la enorme energía que se estaba invirtiendo en difundir esta propaganda agorera sobre la superpoblación, junto con la inversión masiva en anticoncepción y aborto y la promoción de una nueva ética sexual basada enteramente en conceptos de “libertad” y placer. Sabían que esto eventualmente nos alcanzaría.
Vieron que la inculcación de una mentalidad anti-vida en el corazón mismo de nuestra cultura eventualmente produciría el fruto podrido de una sociedad sin esperanza y, en consecuencia, sin hijos (sin bebés), una cultura que eventualmente tendría dificultades para reproducirse. Los políticos y burócratas que se habían dejado llevar por la histeria de la superpoblación estaban tan concentrados en el aparente problema de superpoblación del momento que no podían concebir la posibilidad de que al tratar de “resolver” este problema, estuvieran, de hecho, creando las condiciones para un problema mucho peor en el futuro.
¡Cómo han cambiado las cosas en los últimos años! Ahora, uno se encuentra con que las mismas publicaciones liberales, políticos y burócratas que proclamaban a viva voz el fin de todas las cosas debido a la superpoblación, están empezando a retorcerse las manos por los numerosos problemas económicos y sociales que plantea la sorprendentemente (para ellos) repentina caída de las tasas de natalidad y el inminente colapso demográfico.
La verdadera misericordia en los últimos momentos de la vida.
Escrito por el Padre Shenan J. Boquet.
Actualizado el 14 de octubre de 2024.
"Incluso cuando no está motivada por un rechazo egoísta a cargar con la vida de alguien que está sufriendo, la eutanasia debe ser llamada una falsa misericordia y, de hecho, una "perversión" inquietante de la misericordia. La verdadera "compasión" lleva a compartir el dolor del otro; no mata a la persona cuyo sufrimiento no podemos soportar".
-Papa San Juan Pablo II, Evangelium Vitae, Nro. 66
Cualquier pró-vida que haya dedicado un tiempo y esfuerzos significativos a investigar el tema de la eutanasia y el suicidio asistido se sentirá rápidamente perturbado por una característica que une a algunos de los principales activistas pro-eutanasia. Parecen tener una extraña fascinación por la muerte e incluso sentir un extraño placer, a veces exquisito, en promover la muerte como una "solución" a los problemas de la gente.
Tomemos el ejemplo del "Dr. Muerte", Jack Kevorkian. Este médico y activista estadounidense pasó ocho años en prisión tras ser condenado por el asesinato de un hombre que padecía la enfermedad de Lou Gehrig. Aunque el hombre había solicitado la ayuda de Kevorkian para morir, la ley prohibía la eutanasia. El propio Kevorkian invitó a la acusación a filmar y transmitir públicamente la eutanasia con el objetivo explícito de anular las leyes contra la eutanasia.
Una de las cosas más inquietantes de la historia de Kevorkian es lo obsesivamente preocupado que estuvo por la muerte desde el principio. Como señala este perfil de EWTN, ya en su residencia, el Dr. Kevorkian pidió que lo pusieran en el turno de noche porque morían más personas por la noche que durante el día. Aprovechaba la oportunidad para tomar fotografías de personas que estaban en sus últimos momentos.
Esta macabra obsesión con la muerte se manifestó de muchas otras maneras. Kevorkian era un pintor consumado. Sin embargo, sus pinturas no son para los débiles de corazón. Todos tienen que ver con la muerte de una forma u otra, representando cosas como cabezas cortadas o cadáveres maltratados. Es difícil pensar en otra palabra para estas obras de arte que no sea "diabólica".
Al principio de su carrera médica, Kevorkian propuso anestesiar a los convictos en el corredor de la muerte y luego experimentar con ellos mientras aún estaban vivos. Incluso llegó a construir una máquina casera precisamente para este propósito. Inicialmente, intentó experimentar con su máquina en un animal. Después de que no pudo conseguir un perro para ese propósito, hizo un anuncio para una persona suicida. Encontró con éxito a su primera "paciente", una mujer a la que le habían diagnosticado Alzheimer. Trágicamente, ella se suicidó usando su máquina.
Debemos estar en el mundo y, sin embargo, no ser parte de él.
Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional
Publicado el 07 de octubre del 2024
“No debemos mirar más que de reojo todo lo que sucede en el mundo, sino que los ojos de nuestra alma deben estar fijos en lo que está delante, porque toda nuestra atención debe estar fijada en aquellas realidades que constituyen nuestro objetivo.”
-De una homilía sobre los Evangelios del Papa San Gregorio Magno, Nro. 36
Para algunos, estas palabras del Papa San Gregorio les parecerán poco sabias.
Este mundo es un gran campo de batalla entre el bien y el mal. Parecería que nuestro deber como cristianos que vivimos en el mundo es involucrarnos con los acontecimientos de este mundo con gran intensidad, llevando el mensaje del Evangelio a un mundo hambriento de verdad, bondad y belleza.
Sí, por supuesto, debemos centrar nuestra atención en Dios y en la otra vida. Sin embargo, dar simplemente una “mirada de reojo” a todo lo que sucede en el mundo es pedir demasiado. Esto es algo que tal vez los monjes que viven en clausuras pueden permitirse hacer. Pero para los que vivimos en el mundo, los riesgos de desvincularse de los acontecimientos actuales son demasiado altos.
Después de todo, si los cristianos de todo el mundo se apartaran de los acontecimientos mundiales y se centraran solo en las cosas eternas, ¿no serían desastrosas las consecuencias? ¿No aprovecharían nuestros enemigos la oportunidad para elegir políticos corruptos, aprobar leyes horribles, apoderarse de nuestras diversas instituciones y más? ¿No se vería perjudicada la causa pró-vida y los enemigos de la vida se deleitarían con nuestra debilidad?
Los niños no son productos.
Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.
Publicado el 30 de septiembre del 2024.
Hace unos días, un artículo de The Atlantic tenía un titular bastante llamativo: “Los activistas antiabortistas que quieren impedir que la gente tenga hijos”.
Ahora bien, como alguien que ha trabajado en el movimiento provida durante décadas, no puedo decir que alguna vez me haya encontrado con activistas que estén especialmente interesados en impedir que las parejas tengan hijos. Sin embargo, un vistazo rápido al artículo reveló que, como era de esperar, el titular es un ejemplo flagrante de editorialización sesgada. Resulta que el artículo trataba sobre las preocupaciones morales del movimiento provida con respecto a la práctica de la Fertilización In Vitro (FIV). En algún momento, alguien debe haberse quejado a The Atlantic por su titular inexacto (e insultante), porque cuando volví a leer el artículo un par de días después, el titular había sido cambiado a uno un poco menos flagrante, pero aún engañoso, “Quién debería tener hijos”.
Una vez más, este titular sugiere que el debate sobre la ética de la FIV tiene que ver con si a ciertas personas se les “permitirá” o no tener hijos.
Confusión generalizada sobre la FIV.
Si bien incluso el titular actualizado es un encuadre totalmente injusto de este tema complejo e importante, el artículo llama la atención sobre un hecho importante: mucha gente está extremadamente confundida sobre el tema de la FIV. En particular, mucha gente está confundida sobre por qué el movimiento provida y la Iglesia Católica se oponen a la FIV. Esta confusión se convirtió en un asunto de interés nacional recientemente. El expresidente Donald Trump hizo el anuncio sorpresa de que, si era presidente nuevamente, tenía la intención de obligar a las compañías de seguros a pagar la FIV o hacer que el propio gobierno pagara el costoso procedimiento. Como señala el artículo en The Atlantic, muchos activistas provida se horrorizaron con este anuncio y lo dijeron públicamente. Sin embargo, como también señala el artículo de The Atlantic, esta oposición de los activistas provida ha dejado a bastantes personas confundidas.
“Después de todo”, dirán estas personas, “¿no es cierto que la FIV ayuda a las parejas infértiles a tener hijos? ¿No es esa una de las cosas más ‘provida’ imaginables? Además, ¿no son ustedes los mismos que se preocupan por las bajas tasas de natalidad? ¿No deberían estar celebrando el hecho de que parejas que de otra manera no podrían tener hijos puedan hacerlo gracias a la FIV?”
En cierto modo, es fácil entender por qué algunas personas podrían pensar de esta manera. Dado lo común que se ha vuelto la FIV, mucha gente ahora conoce, o al menos ha oído hablar de, alguna pareja que está emocionada de dar la bienvenida a un nuevo hijo, a menudo después de años de desgarradoras luchas contra la infertilidad. A nivel emocional, es comprensible que alguien con un conocimiento superficial de las cuestiones en juego pueda pensar que, al oponerse a la FIV, el movimiento provida está violando de alguna manera su postura fundamental de celebrar el milagro de la vida humana.
Podemos ser faros de luz.
Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.
Publicado el 23 de septiembre del 2024.
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”
Hebreos 12:1
No sirve de nada negar la realidad de que los desafíos para vivir una vida de fe en la actualidad son legión. Atrás quedaron los días en que la fe impregnaba todos los aspectos de la cultura. Eran los tiempos en que los santuarios de Nuestra Señora marcaban los cruces de caminos públicos, cuando las fiestas nacionales coincidían con la celebración de los grandes días festivos (es decir, los días festivos) y cuando la abrumadora presión social era ir a misa o a la iglesia los domingos. Ir de compras los domingos ni siquiera era una opción, y prácticamente todo el mundo estaba familiarizado al menos con los lineamientos básicos de los relatos clave de las Escrituras, etc.
En cambio, vivimos en una cultura firmemente secular.
Como escribe el Cardenal Robert Sarah en The Day is Now Far Spent: “Hace poco tiempo, los jóvenes se bañaban en el gran baño de los valores indiscutibles que resultaron de la civilización judeocristiana. Hoy, esos valores son rechazados como desajustados y dilapidados, y son combatidos”.
En un pasaje punzante del mismo libro, el Cardenal Sarah diagnostica la “decadencia” de nuestra época. Describe cómo esto ha producido una sociedad totalmente cerrada a los valores trascendentes. En nuestra era secular, escribe:
El hombre pasa de las fiestas a las vacaciones, de los viajes a los banquetes. La vida es un gran juego. Todo lo exótico es prometedor. El sufrimiento, ya sea interior o físico, ya no tiene un lugar legítimo. Es necesario esconder a los discapacitados, olvidar a los enfermos y almacenar a los ancianos. Finalmente, la indiferencia es la regla tácita con respecto a las cuestiones que conciernen a Dios y a la religión. La búsqueda del goce, del éxito y de la realización aleja cada vez más a las personas de Dios. La vida se ha convertido en una fiesta sin Dios.
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