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Columna Semanal HLI

Matrimonio y amor verdadero versus “amor anticonceptivo”.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.

Publicado el 10 de marzo del 2025.

  

No es raro preguntarse por qué la Iglesia Católica se interesa por la anticoncepción. Además, como rara vez se predica o se habla de este tema, a menudo no está claro qué enseña exactamente la Iglesia y por qué. La sociedad moderna idolatra lo que percibe como libertad, especialmente en lo que respecta a la sexualidad humana. Algunos afirman que “el amor es amor”. El sexo se considera principalmente como una cuestión de “autoexpresión” o “auto-realización”. Esto significa que uno puede amar a quien quiera y como quiera. Sin embargo, los defensores de esta visión nunca definen qué es el “amor” ni reconocen el daño potencial que esta visión crea.

Después de todo, no todo lo que alguien hace en nombre del “amor” es verdaderamente amoroso o beneficioso para los demás. En otras palabras, no se entiende que el amor genuino implica un compromiso inquebrantable de la voluntad de buscar el verdadero bien del otro, respetando su dignidad y la propia. Si uno cree que “el amor es amor”, cualquier acto es permisible, incluso cuando viola el bien que es relativo a las propias facultades sexuales. La responsabilidad, la moralidad y la dignidad que pertenecen a cualquier concepción cristiana de la sexualidad humana están ausentes. Este punto de vista conduce inevitablemente a la “mentalidad anticonceptiva”, es decir, la mentalidad de que uno puede tener relaciones sexuales sin consecuencias, pero debe estar libre de la “carga” de la concepción.

El resultado de alentar este tipo de sexo conduce a la destrucción de cualquier idea sólida de matrimonio y vida familiar. La sexualidad humana se desvincula de la necesidad de la abnegación. La sexualidad queda así divorciada no sólo de la posible procreación, sino también del matrimonio mismo. Una vez que se acepta que la sexualidad humana se relaciona principalmente con la “autoexpresión” o la “auto-realización”, lógicamente no hay necesidad de estar casado. La anticoncepción es lo que hace que esto sea plausible.

 

 

El papel fundamental de los padres.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.

Publicado el 3 de marzo del 2025.


Entre las docenas de órdenes ejecutivas que el presidente Donald J. Trump firmó durante las primeras semanas en el cargo, se encuentran dos órdenes ejecutivas: (1) Expandir la Libertad Educativa y las Oportunidades para las Familias y (2) Poner Fin al Adoctrinamiento Radical en la educación primaria y secundaria. La primera Orden tiene como objetivo expandir la libertad y oportunidad educativa para las familias, y la segunda aborda la discriminación y la protección de los derechos de los padres,

Expandir la Libertad Educativa y las Oportunidades para las Familias reconoce que los padres, no el gobierno, desempeñan un papel fundamental en la dirección de la crianza y educación de sus hijos. Establece que es política de la administración del presidente Trump permitir que las familias “elijan el mejor entorno educativo para sus hijos” y se compromete a “apoyar a los padres” en su papel fundamental.

El objetivo principal de la orden es ampliar la elección de escuelas, incluidas las escuelas autónomas públicas, las opciones de escuelas privadas y alternativas como la educación en el hogar. Su objetivo es empoderar a los padres para que elijan el entorno educativo que mejor se adapte a las necesidades de sus hijos. Aunque la Orden Ejecutiva del presidente Trump aún no compromete dinero federal para las escuelas privadas, el tenor del mandato expresa un esfuerzo por implementar vales universales. Aunque las decisiones de implementar vales, becas de crédito fiscal o cuentas de ahorro para la educación (education savings accounts – siglas en inglés - ESAs), etc., aún residen en cada estado, la Orden establece un proceso que alienta y habilita a los estados en sus esfuerzos por ayudar a los padres en la educación de sus hijos. También hay una serie de componentes de la Orden que podrían tener implicaciones para los programas de aprendizaje después de la escuela y en vacaciones de verano, lo que requiere algunos ajustes a medida que se redirigen los fondos.

El obispo David M. O'Connell, C.M. de la Diócesis de Trenton, elogió a la Orden por reconocer "que los padres son los principales educadores de sus hijos". El obispo O'Connell, presidente del Comité de Educación Católica de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, dio la bienvenida al impacto potencial de la Orden, que "toma medidas significativas para expandir la libertad educativa para las familias en todo el país". El obispo dijo que "esta Orden afirma a las familias que buscan elegir opciones educativas basadas en la fe".

La segunda Orden Ejecutiva, Poner Fin al Adoctrinamiento Radical en la Educación Primaria y Secundaria, tiene como objetivo poner fin a los esfuerzos de las escuelas para “adoctrinar a los niños en ideologías radicales y antiamericanas mientras bloquean deliberadamente la supervisión de los padres”.

Su propósito es asegurar que las escuelas que reciben fondos federales “cumplan con todas las leyes aplicables que prohíben la discriminación en diversos contextos y protegen los derechos de los padres”. La Orden aborda principalmente la ideología de género y la “teoría crítica de la raza”, prohibiendo la “ideología de equidad discriminatoria” en las escuelas públicas.

También reconoce la lucha que han enfrentado los padres para criar a sus hijos y defenderlos de las ideologías que desaprueban. También prohíbe el uso de fondos federales en las escuelas públicas para “hacer la transición social” de los menores de un género a otro. Es bueno ver que se hace hincapié en los derechos de los padres y los derechos de los niños, la reforma educativa, la libertad religiosa y el reconocimiento del sexo biológico. El gobierno desempeña un papel fundamental en la creación de salvaguardas que empoderen a los padres para tomar decisiones sobre la educación de sus hijos que se alineen con sus creencias, incluida la elección de la escuela religiosa.

 

Estado de Montana y la eutanasia dos visiones del mundo opuestas.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.

Publicado el 24 de febrero del 2025.


Tal vez recuerden que, durante las elecciones nacionales (en EUA) de noviembre de 2024, entre las diversas iniciativas de votación estatales, el estado de Virginia Occidental estableció una prohibición constitucional del suicidio asistido. La Enmienda 1 dejó en claro que “ninguna persona, médico o proveedor de atención médica en el estado de Virginia Occidental participará en la práctica del suicidio médicamente asistido, la eutanasia o la eutanasia por piedad de una persona”.

Esta fue una victoria pró-vida de la que muchos no se enteraron en las noticias nacionales porque va en contra de una narrativa anti-vida creciente que celebra la “elección” y el “control”. Los habitantes de Virginia Occidental no solo rechazaron la mentalidad de la eutanasia y el suicidio asistido, sino que su estado fue el primer estado en proteger proactivamente a todos sus ciudadanos de esta tendencia peligrosa y potencialmente mortal.

Me complace decir que recientemente otro estado ha tomado medidas para fortalecer aún más su protección de la vida humana, especialmente de los ancianos, los enfermos terminales y los moribundos. El 7 de febrero, el Senado del Estado de Montana votó para aprobar el Proyecto de Ley Senatorial 136 que prohíbe el “consentimiento” como defensa para el suicidio asistido por un médico. La SB 136 establece que:

 …la ayuda médica para morir va en contra del orden público, y el consentimiento del paciente a la ayuda médica para morir no constituye una defensa ante un cargo de homicidio contra el médico que lo ayudó.

Aunque el suicidio asistido es ilegal en Montana, en 2009 una decisión de la Corte Suprema del Estado dijo que el consentimiento puede usarse como defensa para permitir la práctica.

 

Fertilizacion in vitro amor conyugal y matrimonio.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.

Publicado el 17 de enero del 2025.

 

El 22 de enero de 2025, el obispo Michael F. Burbidge de la diócesis de Arlington, Virginia, publicó una carta pastoral titulada “La familia cristiana, la fecundación in vitro y el testimonio heroico del amor verdadero”.

En su carta, el obispo Burbidge busca guiar a las personas de buena voluntad y a los fieles para que comprendan mejor el respeto que se le debe a la persona humana al abordar los peligros inherentes y la inmoralidad de la fecundación in vitro (FIV) y la enseñanza perenne de la Iglesia Católica sobre el matrimonio, la procreación y la vida familiar.

El obispo comienza hablando de la fertilidad y la FIV, reconociendo que son “temas increíblemente sensibles” que a menudo se malinterpretan. Por eso, “merecen ser tratados con un espíritu de acompañamiento, compasión y comprensión”, dice el obispo Burbidge. Con este fin y para ayudar a garantizar que se comprendan los principios bioéticos de la Iglesia, el obispo cita numerosas fuentes, incluido el Catecismo de la Iglesia Católica, el Concilio Vaticano Segundo, escritos papales y bioeticistas católicos, al tiempo que proporciona varios recursos para las parejas que luchan contra la infertilidad.

El obispo Burbidge señala que la FIV goza de una amplia aceptación, ya que el 82 por ciento de la población estadounidense en general cree que no hay nada inmoral en esta práctica. Y según una encuesta reciente del Pew Research Center citada por el obispo, el 65 por ciento de los católicos estadounidenses considera que la FIV es algo bueno. Esta mentalidad, junto con las acciones que la acompañan, plantea una grave amenaza “a la dignidad y los derechos humanos”, que son a la vez “muy obvios” y “en otras ocasiones bastante sutiles”, dice el obispo Burbidge.

Trágicamente, la mayoría de las personas no ven o ni siquiera reconocen la humanidad del niño no nacido o cómo la FIV mercantiliza la vida. Por ejemplo, de los encuestados, el 49 por ciento cree que es moralmente aceptable destruir a personas humanas embrionarias creadas mediante procedimientos de FIV.

Reconociendo que la FIV ha sido ampliamente aceptada, a pesar de su naturaleza dañina e inmoral, y debido a su preocupación por las almas, el obispo Burbidge sintió la necesidad de abordar el tema. Reconoce que lo que la Iglesia enseña sobre la FIV es una “decisión dura”, pero advierte que su aceptación tiene un coste tremendo: la destrucción eugenésica de millones de niños embrionarios, la ruptura del vínculo entre la procreación y el amor conyugal, la erosión del derecho del niño a tener padres naturales y la mercantilización de los niños.

 

Revocar la nssm-200 y pedir disculpas por el mal cometido.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.

Publicado el 10 de febrero del 2025.

 

La semana pasada escribí sobre el admirable trabajo que está haciendo la administración del presidente Trump para promover la causa provida. La gran cantidad de actividad provida que ha llevado a cabo la administración Trump en las primeras semanas a través de órdenes ejecutivas y directivas administrativas ha sido verdaderamente notable. Es sumamente alentador ver a esta administración contraatacar la mentalidad anti-vida (como las ideologías que no respetan la dignidad humana) y revertir varias políticas nacionales e internacionales proaborto y anti-familia que dominaron la administración Biden.

Como alguien que sirve en un apostolado provida global, me alegró especialmente ver la orden ejecutiva del presidente Trump que restablece la Política de la Ciudad de México que prohíbe el uso de dólares de los contribuyentes de Estados Unidos para financiar organizaciones que promuevan o realicen abortos en el extranjero, ofrezcan asesoramiento sobre abortos o defiendan el aborto. Recortó, por ejemplo, todos los fondos al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) que apoya el aborto coercitivo y la esterilización forzada. La política también es aplicable a lo que queda de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), al Departamento de Estado y a todos los departamentos y agencias.

La orden del presidente revoca el memorando de la administración anterior que autorizaba la financiación con fondos de los contribuyentes a los proveedores de servicios de aborto, incluidos Planned Parenthood y Marie Stopes International. La política restablecida ha ampliado su influencia, abarcando la gran mayoría de la asistencia sanitaria global bilateral de Estados Unidos, como se expresa en el encargo dado al secretario de Estado:

 Tomar todas las medidas necesarias, en la medida permitida por la ley, para garantizar que el dinero de los contribuyentes estadounidenses no financie organizaciones o programas que apoyen o participen en la gestión de un programa de aborto coercitivo o esterilización involuntaria.

Ese mismo día, el presidente Trump emitió una segunda orden ejecutiva que restablecía las directivas de su administración anterior con respecto a la Enmienda Hyde, garantizando que su norma se incorporara a las políticas y programas federales. La administración Biden eludió la Enmienda Hyde (se puede llegar a decir que la administración Biden ignoró la ley), que es una política estadounidense que prohíbe el uso del dinero de los contribuyentes para financiar el aborto. Las dos órdenes ejecutivas de Biden, que se referían al aborto como atención médica, intentaron incorporar la financiación federal del aborto dentro de los programas gubernamentales, facilitando a las mujeres el acceso al aborto quirúrgico, así como a la píldora abortiva.

Las órdenes del presidente Trump rectificaron estos problemas y restablecieron el compromiso de los Estados Unidos con la protección de la vida y las familias en el escenario nacional e internacional. Este es un paso hacia la restauración de nuestro papel como líderes en la cuestión de la promoción y defensa de la dignidad humana. Por supuesto, hay mucho más por hacer en este sentido, pero las órdenes ejecutivas de Trump están implementando políticas y directivas provida que han tenido y tendrán un impacto tremendo.

 

La administración Trump y el movimiento provida.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional

Publicado el 3 de febrero del 2025

  

“La vida es el primer bien recibido de Dios y es fundamental para todos los demás; garantizar el derecho a la vida para todos y de manera igual para todos es el deber del que depende el futuro de la humanidad.”

― Papa Benedicto XVI, Academia Pontificia para la Vida, 2007

Durante décadas, la Iglesia Católica ha emitido advertencia tras advertencia, señalando la urgente necesidad de basar el desarrollo global en la sólida base de una visión moral correcta del mundo que priorice la dignidad intrínseca de cada ser humano y reconozca la importancia de las familias fuertes. Durante sus primeras semanas en el cargo, el presidente Donald J. Trump tomó medidas significativas para defender la vida humana y promover políticas provida. Su primera orden ejecutiva (memorando) restablece la Política de la Ciudad de México, una prohibición de larga data sobre la financiación gubernamental de organizaciones extranjeras que brindan y promueven abortos.

La norma, promulgada por primera vez por el presidente Ronald Reagan en 1985, excluye de la financiación estadounidense a los grupos internacionales proabortistas a menos que acepten dejar de promover o practicar abortos. También corta la ayuda estadounidense a cualquier organización extranjera que preste servicios de aborto, asesoramiento o defensa de derechos.

La orden también ordena al secretario de Estado “garantizar que el dinero de los contribuyentes estadounidenses no financie organizaciones o programas que apoyen o participen en la gestión de un programa de abortos coercitivos o esterilizaciones involuntarias”.

 

Salvando vidas a traves de la adopción.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.

Publicado el 27 de enero del 2025.

 

En las últimas semanas, en esta columna, he estado hablando de la importancia de transformar la sociedad y la cultura modernas de una mentalidad contraria a la vida a un marco moral que valore y proteja la dignidad humana. Promover y alentar el noble don de la adopción es una manera de hacer realidad esta visión, al brindarles a los niños la oportunidad de prosperar cuando no podrían hacerlo con sus familias biológicas.

El fundamento de la adopción no se encuentra en el acto de los seres humanos de adoptar a otras personas, sino en la bondad y la acción de Dios: “Pero cuando vino la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos” (Gálatas 4:4-5). Dios pagó el “precio” por nuestra adopción. Y en este acto de amor que se da a sí mismo, Dios también nos da un modelo de cómo debemos abordar el servicio a los demás, como en el don de la adopción.

Cuando hablamos de seres humanos, entendemos una verdad fundamental: los seres humanos poseen un valor intrínseco. Cada persona, especialmente un niño, nacido o no nacido, debe ser tratado como un fin en sí mismo y no como un medio para algo más. Un niño no puede ser considerado como una propiedad, idea a la que conduciría un supuesto “derecho a un hijo” (Catecismo de la Iglesia Católica, Nro. 2378).

El matrimonio y la familia son dones sagrados de Dios, y los hijos son bendiciones maravillosas. Y para las parejas casadas, el deseo de engendrar hijos es inmenso. Para la mayoría de los matrimonios, este deseo de tener hijos se cumple fácilmente. Pero ¿qué sucede cuando ese deseo de acoger a un hijo es difícil o no es posible? ¿Qué sucede cuando una madre no puede criar a su hijo? Puede llevar a sentimientos de desesperación, falta de esperanza y desesperación.

 

 

Por qué debemos defender activamente la sacralidad de la vida humana.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional.

Publicado el 20 de enero del 2025.


La semana pasada, en Spirit & Life, escribí sobre la importancia de dar testimonio en la plaza pública del valor intrínseco e incomparable de la vida humana en el útero. El viernes 24 de enero, decenas de miles de defensores de la vida de todo Estados Unidos se reunirán en el National Mall de Washington, D.C. para la 52.ª Marcha por la Vida anual.

Al igual que quienes se reunirán en marchas y eventos provida similares en todo el país, los participantes se unirán en solidaridad para dar a los niños por nacer, los más vulnerables de nuestra raza, la voz que les falta y necesitan. Y con una dedicación inquebrantable a la verdad sobre la dignidad humana, defenderán una visión moral de la sociedad que coloca la dignidad del ser humano individual, incluido el niño no nacido, en su centro mismo.

Ahora que Roe ya no existe, algunos podrían preguntarse si la Marcha por la Vida (o cualquier marcha, caminata o manifestación por la vida en nuestro país) ha dejado de cumplir su propósito. O, descorazonados por las recientes iniciativas electorales fallidas y los informes sobre un ligero aumento en el número de abortos, algunos podrían pensar que la cultura antivida se está expandiendo y cuestionar si estos eventos públicos están marcando una diferencia. Y, por supuesto, siempre nos enfrentamos a los fuertes vientos en contra de la confusión moral y cultural.

En este contexto, la presidente de la Marcha por la Vida, Jeanne Mancini, dice que debemos alentar a los provida y recordarles “que estamos del lado correcto de la historia, que estamos en esto para el largo plazo y que debemos esforzarnos”. En otras palabras, no podemos desanimarnos, pero no debemos dejar que nuestros esfuerzos se desanimen.

Todos los días, miles de abortos siguen realizándose en todo el país; seres humanos inocentes están siendo asesinados. Esto significa que las marchas, caminatas y manifestaciones por la vida son tan urgentes como siempre. Nos impulsan a trabajar más activamente por un mayor respeto por la sacralidad de la vida humana desde la fertilización hasta la muerte natural, así como a buscar formas de proteger la vida humana ante la ley, especialmente la de los niños por nacer. Y eso significa presentarse, llueva o haga sol, nieve o granice o cuando nos amenacen con ser perseguidos. Eso significa educarnos, alentarnos unos a otros y elaborar estrategias sobre cómo podemos marcar una mayor diferencia. Sin duda, la Marcha por la Vida y otras manifestaciones provida en todo Estados Unidos desempeñan un papel fundamental en la confrontación y la exposición de la violencia del aborto.

Las marchas siguen ofreciendo a los estadounidenses un medio para expresar la necesidad y la importancia de revertir la mentalidad sobre el aborto y las leyes injustas que discriminan a los niños por nacer.

 

La paz en la Tierra comienza con la vida.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – Presidente de Vida Humana Internacional.

Publicado el 13 de enero del 2025.



Durante el Ángelus antes del día de Navidad, el Papa Francisco recordó al mundo que “ningún niño es un error, un niño es un don de vida”. El Santo Padre continuó con este mensaje durante su homilía del día de Año Nuevo, donde pidió “un compromiso firme para promover el respeto a la dignidad de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural”. El Papa advirtió que los desafíos modernos que enfrenta la vida humana y “la base para construir una cultura de paz” solo pueden resolverse protegiendo y sirviendo a cada vida “nacida de mujer”.

El mensaje del Santo Padre coincidió con un artículo reciente de la publicación Breitbart que informa que el aborto fue la principal causa de muerte en todo el mundo en 2024. Citando datos de Worldometer (Odometro mundial), que basa sus estadísticas en informes gubernamentales, y organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que más de 73 millones de niños no nacidos murieron por aborto el año pasado. Según la OMS, "seis de cada 10 (61%) de todos los embarazos no deseados, y 3 de cada 10 (29%) de todos los embarazos, terminan en aborto inducido".

Según los datos, de los 140 millones de personas nacidas y no nacidas que murieron en 2024 en todo el mundo, el aborto representó casi el 52% de cada muerte, lo que lo convierte en la principal causa de muerte.

 

Esperanza en el año nuevo.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional

Publicado el 30 de diciembre del 2024.

 

“Si no tenemos paz es porque hemos olvidado que nos pertenecemos unos a otros.”

Santa Teresa de Calcuta.

El Año Jubilar comenzó en la víspera de Navidad con la apertura por parte del Papa Francisco de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Un año jubilar, que se celebra cada veinticinco años, sirve tanto para recordar como para animar a todos los católicos (en realidad, a todos los pueblos) a dedicar su atención a la renovación de su relación con Dios y con el prójimo. En la bula denominada Spes Non Confudit, que anuncia el Año Jubilar, el Santo Padre expresó su deseo de que el Jubileo sea un momento de auténtico encuentro personal con el Señor Jesús, que se vuelva la puerta (Juan 10,7.9) de nuestra salvación, a quien la Iglesia tiene el encargo de anunciar siempre, en todas partes y a todos como “nuestra esperanza” (1 Tomas 1,1).

En medio de las guerras, la violencia, la agitación política, la injusticia y la indiferencia ante el valor incomparable de la vida humana, el Papa quiere que el Jubileo se viva como un año de esperanza, un tiempo para no sólo renovar el compromiso con el amor de Dios sino también con el amor al prójimo, para ser signos tangibles de esperanza para aquellos hermanos y hermanas nuestros que experimentan dificultades de cualquier tipo. Los Evangelios están repletos de ejemplos de cómo el Señor espera que actúen sus discípulos, enseñándonos que nuestras decisiones concretas reflejan nuestro amor a Dios y cómo vivimos y tratamos a los demás.

La obediencia a los Mandamientos y a las enseñanzas de Jesús, por ejemplo, son a la vez signo y prueba de nuestro amor a Dios: Si me amáis, guardaréis mis mandamientos (Juan 14,15). En la parábola del buen samaritano (Lucas 10,25-37), aprendemos que «amor» es una palabra que exige acción: ver la situación o la necesidad del prójimo y responder con cuidado y compasión. 

E infundidos en el temor santo (es decir, el amor a Dios), porque seremos responsables ante Dios de nuestras acciones como se enseña en “El juicio de las naciones” (Mateo 25:31-46), nos comprometemos a vivir una vida santa, a vivir con rectitud a los ojos de Dios. Jesús nos dice, después de todo, que se nos recordarán las situaciones en las que lo vimos en quienes nos rodeaban y ayudamos o no hicimos nada: “en” los vulnerables y débiles, los no nacidos, los ancianos, los enfermos o moribundos, o “entre” los pobres, hambrientos, desnudos, sin hogar, etc. Y preguntaremos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento?”

Y Jesús dirá: “En verdad os digo que lo que no hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis”.

 

La dignidad humana en el nacimiento de Cristo.

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Por el Padre Shenan J. Boquet – presidente de Vida Humana Internacional

Publicado el 23 de diciembre del 2024.

 

“Qué precioso debe ser el hombre a los ojos del Creador, si ha obtenido un Redentor tan grande, y si Dios entregó a su Hijo único para que el hombre no perezca, sino que tenga vida eterna”.

Papa San Juan Pablo II, Redemptor Hominis, Nro. 10

La Navidad es la celebración del don más preciado de la vida: el nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. El Evangelio de San Juan expresa el motivo de nuestra celebración y por qué miles de millones de personas honran su nacimiento: “Porque tanto amó Dios al mundo que nos dio a su Hijo único, para que todo el que crea en EL no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3,16). Jesucristo es la prueba definitiva de que Dios se preocupa, dando a su Hijo único para nuestra salvación, derramando sin reservas su bondad, misericordia y amor.

El nacimiento de Jesús es una llamada apremiante a responder al gran amor de Dios por nosotros. “Si es verdad que Dios nos ha creado, que nos ha redimido, que nos ama tanto que ha entregado a su Hijo único por nosotros”, dice san Josemaría Escrivá, entonces “¿cómo podemos dudar de que Él quiere que le respondamos con todo nuestro amor?” (Amigos de Dios, 251). La historia de Jesús debe verse desde esta perspectiva. Éste es el corazón de Dios, que anhela nuestra amistad.

Por un momento, en Navidad, el mundo se detiene y ofrece algún reconocimiento del nacimiento de Jesús (servicios religiosos, festividades, luces y oropel), pero a menudo hace oídos sordos al mensaje central de Aquel que “vino para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10), quien “me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).

Solo cuando se internaliza el verdadero significado de la Navidad (por qué Dios se hizo hombre) podemos comprender plenamente su poder transformador sobre nosotros y nuestra relación con los demás.

 


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