Alcemos nuestra voz, para que otros la puedan oír

Imprimir

Padre Shenan J. Boquet
Presidente
Human Life International

Es un momento difícil para los católicos provida de todo el mundo, que luchan por descubrir cómo responder al hecho de que el político más poderoso del mundo, el presidente Joe Biden, promociona habitualmente su fe católica como si fuese “devota”, al tiempo que promueve males como el aborto y la agenda radical LGBT [1].

En EEUU, afortunadamente, ha habido varios obispos, incluido el actual presidente de la Conferencia de Obispos Católicos, el Arzobispo de los Ángeles, José Gómez, que han emitido declaraciones claras afirmando la enseñanza moral católica y señalando los asuntos en los que el presidente Biden no está a la altura de las verdaderas enseñanzas católicas [2].

Sin embargo, al mismo tiempo, me han desanimado profundamente el hecho de que otros líderes católicos, hasta algunos en el Vaticano, no han sido igualmente claros, pastorales y valientes. De hecho, como señalé hace un par de semanas, el día de la investidura de Biden, el 20 de enero de 2021, alguien de la Secretaría de Estado del Vaticano aparentemente intervino para retrasar la declaración contundente pero cuidadosamente redactada del Arzobispo José Gómez [3].

Cuando esa declaración finalmente se publicó más tarde ese mismo día, el cardenal Blaise Cupich de Chicago tomó el paso extremadamente extraño de criticar públicamente a un colega obispo, calificando la declaración del arzobispo Gómez de “mal considerada” [4].

Si bien el cardenal Cupich no recibió absolutamente ningún apoyo público de otros obispos estadounidenses para su cargo (muchos, afortunadamente, apoyaron públicamente al arzobispo Gómez) [5], unos días después el cardenal estaba en la reunión del Vaticano con el Papa Francisco.

Según los informes, el Papa se estaba reuniendo con el cardenal para hablar acerca de la posibilidad de que reemplazara al cardenal Marc Ouellet como prefecto de la Congregación para los Obispos [6]. Si el cardenal Cupich es nombrado para este poderoso puesto, le daría al cardenal un margen significativo para dar forma al futuro de la Iglesia a nivel mundial al supervisar la selección de la mayoría de los nuevos obispos, apoyándose en aquellos que están más alineados con sus propias prioridades teológicas y políticas.



La página de Facebook del Instituto Juan Pablo II defiende a Biden

Inmediatamente después de esa preocupante serie de eventos, vino uno que, al menos para mí, es realmente desgarrador. El 20 de enero de 2021, la página oficial de Facebook del Pontificio Instituto Juan Pablo II de Estudios sobre el Matrimonio y la Familia del Vaticano publicó un artículo de la edición italiana del Huffington Post, titulado “Joe Biden, un católico de la Casa Blanca entre los venenos de la Iglesia de EEUU” [7].

Según la Catholic News Agency: “El artículo enfatizó lo que llama el ‘Evangelio social’ de Joe Biden y presentó una serie de declaraciones de politólogos y teólogos para apoyar la teoría de que la elección de Biden es complementaria a la elección del Papa Francisco porque ambos dan una especie de nuevo aliento a la doctrina social católica”.

Después de que algunos católicos respondieran negativamente a la publicación de Facebook, la página de Facebook del Instituto Juan Pablo II sostuvo su posición sobre el tema. “Defender el derecho al aborto no significa defender el aborto”, publicó el administrador de la página. “En general, si asignáramos patentes de catolicidad sobre la base de posiciones políticas, muy pocos políticos podrían definirse a sí mismos como católicos”.

Es difícil siquiera saber por dónde empezar a refutar tonterías como esa. En primer lugar, estos comentarios no podían alejarse más del pensamiento del propio Papa San Juan Pablo II, quien seguramente se revolcaría en su tumba si supiera que su nombre está siendo utilizado para promover tal veneno teológico y moral.

Como escribió el santo Papa en Evangelium Vitae, es diabólico incluso sugerir que el “derecho al aborto” equivale a algo parecido a la auténtica libertad. “Reivindicar el derecho al aborto, el infanticidio y la eutanasia, y reconocerlo legalmente, significa atribuir a la libertad humana un significado perverso e inicuo: el de un poder absoluto sobre los demás y contra los demás. Pero ésta es la muerte de la verdadera libertad: ‘En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo’ (Juan 8:34)”. (EV, no. 20)

A la luz de la gravedad del violento ataque a la vida humana que es el aborto, simplemente no hay espacio para que los católicos defiendan las leyes que lo permiten, o la existencia de un “derecho” a matar a los niños por nacer. Hacer una distinción engañosa entre apoyar “el derecho al aborto” y “defender el aborto” tiene tanto sentido como argumentar que apoyar “el derecho a participar en un robo a mano armada” no es lo mismo que “defender” el robo a mano armada.

Como dijo el Papa San Juan Pablo II en Evangelium Vitae, no. 90: “Repito una vez más que una norma que viola el derecho natural a la vida de un inocente es injusta y, como tal, no puede tener valor de ley. Por eso renuevo con fuerza mi llamada a todos los políticos para que no promulguen leyes que, ignorando la dignidad de la persona, minen las raíces de la misma convivencia ciudadana”.

El hecho de que alguien en el Instituto Juan Pablo II, de todas las instituciones de la Iglesia Católica, minimizara públicamente las posiciones anticatólicas de Joe Biden sobre la vida y la familia, es una bofetada para los católicos provida en todas partes, y para la memoria del Papa mismo. El Papa San Juan Pablo II creó personalmente el Instituto en 1982 para poner en práctica su poderosa visión de cómo promover el Evangelio de la Vida.

Hasta hace unos años, el Instituto Juan Pablo II era posiblemente la fuerza provida más visible e influyente dentro de la Iglesia Católica. Gozó de un historial impecable de producir miles de académicos provida y de liderar la defensa y promulgación de las enseñanzas de la Iglesia sobre la vida, el matrimonio y la familia en todo el mundo.

Lamentablemente, todo eso comenzó a cambiar hace unos años, cuando el Papa Francisco disolvió el Instituto y luego restableció uno nuevo en su lugar, con nuevos estatutos de gobierno. Al mismo tiempo, fueron despedidas varias figuras clave del Instituto. En total, los cambios marcaron un giro significativo hacia lo que muchos líderes provida advirtieron era un enfoque más débil y, en última instancia, menos ortodoxo, de la vida, el matrimonio y la familia [8].

La Catholic News Agency (CNA) informó que la página de Facebook del Instituto Juan Pablo II había eliminado las publicaciones “ofensivas”. La agencia de noticias también reveló que el responsable de las publicaciones en las redes sociales del Instituto es el jefe de su oficina de prensa, Arnaldo Casali. Casali, señala la CNA, “es un periodista profesional cuyos principales campos de interés son la cultura, las artes y la religión” que “no tiene experiencia en asuntos católicos o del Vaticano”.

Es difícil saber cómo responder al hecho de que el Instituto ha designado a alguien que aparentemente no solo no tiene experiencia en temas católicos, sino que de hecho se opone a la enseñanza católica, para generar el contenido para la página de Facebook del Instituto. Es difícil imaginar que cualquier institución a favor del aborto cometa el mismo error. Imagínese, por un momento, que Planned Parenthood contratara a un provida verdaderamente comprometido para administrar sus páginas de Facebook. Esto no tendría ningún sentido para el avance de la agenda abortista de Planned Parenthood.

Alzar nuestras voces, se trata simplemente de tener sentido común

Ver estas declaraciones y acciones provenientes de la Secretaría de Estado del Vaticano, de uno de los cardenales más prominentes de la Iglesia Católica, y del Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia, se siente como vivir en un episodio de “La Dimensión Desconocida”.

Abordemos el caso del alboroto por la declaración del Arzobispo Gómez el día de la inauguración de la presidencia de Biden, el 20 de enero de 2021. Al leer la declaración, es casi imposible para mí entender a qué podría objetar cualquier católico. En todo caso, la declaración es notablemente caritativa y amable, dada la gravedad de los temas que abordó [9].

En los días transcurridos desde que Biden asumió el cargo, el nuevo presidente ha promovido lo que solo puede describirse como una posición extremista a favor del aborto y en contra de la familia. Ha derogado la Política de la Ciudad de México, que prohíbe que los dólares de los contribuyentes estadounidenses se utilicen para financiar el aborto en el extranjero. Emitió una declaración celebrando Roe vs. Wade y prometió intentar la codificación del aborto legal en la ley federal. También emitió una orden ejecutiva que promueve el transgenerismo que, según advierten los activistas a favor de la familia, tendrá graves consecuencias para los derechos a la auténtica privacidad de las mujeres en baños públicos, los derechos de conciencia y el futuro de los deportes femeninos. Además, ha designado a una serie de activistas contra la vida y contra la familia en puestos administrativos clave de su gabinete.

Tenemos todas las razones para esperar que este sea solo el comienzo del asalto de cuatro años de la administración de Biden a la vida, el matrimonio, la familia y la libertad religiosa. A la luz de todo esto, el arzobispo Joseph F. Naumann, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU, dijo recientemente a la agencia noticiosa católica LifeSiteNews.com que los obispos católicos tienen la “obligación” de hablar [10].

“El hecho de que el presidente Biden se identifique a sí mismo como un católico devoto, mientras se dedica a preservar y expandir el aborto legalizado, incluso utilizando los dólares de los impuestos para financiar el aborto, presenta un desafío único para los obispos de EEUU”, dijo:

Y añadió: “Debemos seguir conversando con el presidente Biden, así como con todos los católicos, e incluso con todos los estadounidenses, sobre la verdad de lo que es el aborto. El aborto no es algo para celebrar y no es atención médica. Es el homicidio intencional de un niño. Participar en el aborto o promover el aborto es un grave mal”.

Nada de esto debería ser controvertido. Como lo expresó la escritora católica Mary Eberstadt en una entrevista reciente, “Si creemos en nuestra fe católica, entonces las divisiones sobre el aborto y los temas relacionados de la antropología cristiana no se trata solo de política. No son meros ejercicios de filosofía fundamental. Hay almas en juego” [11].

Y continuó:

Entre estas almas están las almas de Joe Biden, Nancy Pelosi y todos los demás líderes que invocan simultáneamente la etiqueta católica incluso cuando rechazan lo que representa. Mientras tanto, sus enormes plataformas públicas aumentan el riesgo de engañar a otros católicos y potenciales conversos en todo el mundo. Esas otras personas también tienen almas, y también ellas están amenazadas por las falsas representaciones de la fe.

La prueba final es esta: ¿Qué enfoque pastoral hace que la salvación de esas almas sea más probable? ¿El que les dice a los líderes católicos que sus desviaciones de la enseñanza fundamental de la Iglesia son intrascendentes, que solo son una cuestión de indiferencia? ¿O uno que aclare esas enseñanzas, incluso en público, aplicando así la presión que podría conducir a la penitencia, la redención y la conversión?

Yo mismo no podría haberlo dicho mejor.


Espero que se unan a mí para orar habitualmente tanto por nuestros líderes políticos para que se arrepientan y regresen al Evangelio, como por nuestros obispos y otros líderes espirituales para que tengan el coraje de defender la verdad y actuar como verdaderos pastores de almas, adhiriéndose al llamado de San Pablo a Timoteo para “proclamar la palabra; sé persistente, ya sea conveniente o inconveniente; convence, reprende, anima, enseñando con toda paciencia”. (2 Timoteo 4:2)


Fuente: https://www.hli.org/2021/02/speak-out-that-others-may-hear/

Vida Humana Internacional agradece a José Antonio Zunino la traducción de este artículo.


Notas:

[1]. Will Biden's "Devout" Catholic Faith Fool Pro-Life Voters? (hli.org).

[2]. Why Cordileone’s Pelosi response matters - The Pillar (pillarcatholic.com)

[3]. Updated: Vatican intervened to spike US bishops’ Biden statement release - The Pillar (pillarcatholic.com)

[4]. The cardinal's tweetstorm: After Cardinal Cupich took a stand, what's next? - The Pillar (pillarcatholic.com)

[5]. US bishop responses to Gomez statement on Biden inauguration - The Pillar (pillarcatholic.com)

[6]. Is Cardinal Blase Cupich on his way to the Vatican? (catholicnewsagency.com)

[7]. In Facebook Post, JPII Institute Defends Biden’s Abortion Record| National Catholic Register (ncregister.com)

[8]. Timeline of events reveals plot to destroy legacy of JPII Institute | News | LifeSite (lifesitenews.com)

[9]. USCCB President's Statement on the Inauguration of Joseph R. Biden, Jr., as 46th President of the United States of America | USCCB

[10]. EXCLUSIVE: Bishop Naumann – US bishops must address scandal of ‘Catholic’ Biden championing abortion | News | LifeSite (lifesitenews.com)

[11]. Responding to the Joe Biden Presidency: ‘Souls Are on the Line’| National Catholic Register (ncregister.com)